Memorias de una cinefilia by Sandro Romero Rey & Ramiro Arbeláez (presentación)

autor:Sandro Romero Rey & Ramiro Arbeláez (presentación)
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Cine, Crítica de cine, Cine colombiano
editor: Siglo del Hombre
publicado: 2016-06-08T00:00:00+00:00

LAS PELÍCULAS DE SU VIDA

¡Cómo se ve de antigua la película inconclusa Angelita y Miguel Ángel de Andrés Caicedo y Carlos Mayolo! Tiene el encanto de recuperar las imágenes de una ciudad, de unos personajes, de una atmósfera, poetizados y universalizados a través del blanco y negro. El cine siempre envejece bien.

El cuento que le sirve de base fue escrito en 1971. A partir del modelo de sus personajes se hizo la adaptación para la pantalla, en una época en la que en el cine colombiano se hacían, sobre todo, documentales. Mayolo ya había dirigido una serie de cortos y, en particular, el mediometraje Oiga vea, junto a Luis Ospina. En Angelita y Miguel Ángel actúan Pilar Villamizar y Jaime Acosta, este último, el actor de casi todas sus obras teatrales. De igual forma, Andrés representa el personaje de un policía, jugueteando con la imagen de Jerry Lewis. La aventura de rodar un film de ficción era total. Mayolo y Andrés terminarían enfrentados y la película nunca llegaría a su fin. Las latas de Angelita y Miguel Ángel estuvieron guardadas durante años en el archivo de Luis Ospina. Hasta que, en 1986, como ya se ha dicho, el director se decidió a “resucitarlo”, utilizándolo como base para estructurar su largometraje documental Andrés Caicedo: unos pocos buenos amigos, quizás el trabajo audiovisual más completo sobre la vida del autor.

De igual forma, Ospina guardó las cintas de video de unas entrevistas filmadas por Andrés a sus pequeños amigos Clarisol Lemos (a quien le dedicaría ¡Que viva la música! y El atravesado ), Guillermito Lemos, Fosforito y Carlos Tofiño, hablando de drogas y juegos delincuenciales. En ese video se ve el desnudo frontal de Andrés, escondiendo su pipí entre las piernas. Para concluir la galería de imágenes de Caicedo, Ospina grabó, con una cámara de video, de la pantalla de un televisor, la única entrevista filmada que se le hizo a Andrés poco antes de su muerte. Este material, que parecía perdido, forma parte del largometraje Andrés Caicedo: unos pocos buenos amigos y, en un contundente balance de fin de partida, en el documental Todo comenzó por el fin de 2015.

En 1997, Jorge Navas realizó un largometraje en video titulado Calicalabozo, en blanco y negro, en el que un actor, de desconcertante parecido con Andrés, se pasea como un fantasma por las calles de Cali, se cruza con su padre y redescubre sus calles desaparecidas.

Las imágenes filmadas por y sobre Andrés Caicedo, cada vez parecen más los descartes de una película acerca de un personaje de ficción. Año tras año, aparecen más y más aventuras audiovisuales sobre su universo: desde documentales apasionados como Noche sin fortuna (2010) de los argentinos Francisco Forbes y Álvaro Cifuentes, hasta la inasible versión de ¡Que viva la música! (2015) de Carlos Moreno. Cada cual quiere tener su propia razón cuando se trata de reinterpretar a un muerto que se siente como propio.

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